Historia de los croissants
Los orígenes de los croissants no están del todo claros, pero se cree que se inventaron en Viena durante el siglo XVII. El pastel se conocía como "kipfel", que significa "media luna" en alemán. El kipfel tenía una forma similar al croissant moderno, pero no estaba hecho con mantequilla. De hecho, el croissant tal como lo conocemos hoy no existió hasta el siglo XIX, cuando un panadero francés llamado August Zang abrió una panadería vienesa en París.
Zang presentó el kipfel vienés a los franceses, pero hizo algunos cambios significativos en la receta. Agregó mantequilla a la masa, lo que le dio a la masa una textura escamosa y un rico sabor a mantequilla. Los franceses se enamoraron del croissant y rápidamente se convirtió en un elemento básico de la cocina francesa. Hoy en día, los croissants se disfrutan en todo el mundo y siguen siendo uno de los pasteles más emblemáticos del mundo.
Ingredientes de los croissants
Antes de sumergirnos en la receta, echemos un vistazo a los ingredientes que necesitará para hacer croissants desde cero. Necesitarás:
- 500g de harina para todo uso - 10g de sal - 80g de azúcar - 10g de levadura seca activa - 300ml de leche fría - 250g de mantequilla fría sin sal
Es importante tener en cuenta que la mantequilla debe estar fría pero flexible. Si la mantequilla es demasiado dura, será difícil trabajar con ella, y si es demasiado blanda, se derretirá en la masa. Es posible que debas dejar reposar la mantequilla a temperatura ambiente durante unos minutos antes de usarla.
Receta
Ahora que tiene todos sus ingredientes, es hora de comenzar con la receta. Esta receta hace aproximadamente 16 croissants.
Paso 1: preparar la masa
En un tazón grande, combine la harina, la sal, el azúcar y la levadura. Poco a poco agregue la leche fría, revolviendo hasta que se forme una masa. Amasar la masa sobre una superficie ligeramente enharinada durante unos 10 minutos, o hasta que se vuelva suave y elástica.
Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrelo con film transparente o un paño de cocina limpio y déjalo reposar en el frigorífico durante al menos 30 minutos.
Paso 2: preparar la mantequilla
Mientras la masa reposa, prepara la mantequilla. Corta la mantequilla fría y flexible en trozos pequeños y colócalos en una hoja de papel pergamino. Cubra la mantequilla con otra hoja de papel pergamino y use un rodillo para aplanarlo en un rectángulo de aproximadamente 20 cm x 15 cm.
Coloque la mantequilla aplanada en el refrigerador para que se enfríe mientras la masa continúa reposando.
Paso 3: hacer la masa de croissant
Retire la masa del refrigerador y extiéndala sobre una superficie ligeramente enharinada en un rectángulo de aproximadamente 40 cm x 20 cm. Coloque el rectángulo de mantequilla fría en el centro de la masa, luego doble la masa sobre la mantequilla para que quede completamente cubierta.
Use un rodillo para enrollar suavemente la masa en un rectángulo de aproximadamente 60 cm x 20 cm. Dobla la masa en tercios, como una carta, luego envuélvela en una envoltura de plástico y colócala en el refrigerador para que se enfríe durante al menos 30 minutos.
Paso 4: repita el proceso de plegado
Retire la masa del refrigerador y repita el proceso de plegado dos veces más, dejando que la masa se enfríe durante al menos 30 minutos entre cada pliegue. Esto ayudará a crear las capas hojaldradas que son características de los croissants.
Paso 5: Dar forma a los croissants
Después del pliegue final, extienda la masa en un rectángulo de aproximadamente 60 cm x 30 cm. Utilice un cuchillo afilado o un cortador de pizza para cortar la masa en triángulos de aproximadamente 10 cm de ancho en la base.
Comenzando en la base de cada triángulo, enrolle la masa con fuerza, estirando suavemente la masa mientras la enrolla para crear la forma clásica de croissant. Coloque los croissants en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino, dejando suficiente espacio entre ellos para permitir que suban.
Paso 6: Deja subir los croissants
Cubra los croissants con un paño de cocina limpio y déjelos crecer en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante unas 2 horas o hasta que hayan duplicado su tamaño.
Paso 7: Hornea los croissants
Precalienta tu horno a 200°C. Bata un huevo en un tazón pequeño y cepille el huevo batido sobre la parte superior de los croissants. Hornee los croissants durante 15-20 minutos, o hasta que estén dorados y completamente cocidos.
Paso 8: ¡Disfruta!
Retire los croissants del horno y déjelos enfriar sobre una rejilla durante unos minutos antes de servir. Los croissants se disfrutan mejor tibios, pero también se pueden almacenar en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante uno o dos días.
Última cosa
Hacer croissants desde cero puede parecer intimidante, pero con la receta correcta y un poco de paciencia, cualquiera puede crear este pastel clásico en casa. Recuerde usar mantequilla fría y flexible, y asegúrese de dejar que la masa descanse y se enfríe entre cada pliegue. ¡Con un poco de práctica, estarás haciendo croissants perfectos en muy poco tiempo!